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¿Qué es mejor, grabar las clases o hacer vídeos docentes?
La larga duración de las clases hace que visualizarlas grabadas sea muy cansado y con un rendimiento marcadamente decreciente. Además, la certeza de que las clases están grabadas hace que los alumnos estén menos motivados para seguirlas en vivo y para mantener una actitud activa respecto a la asignatura. Resulta común que se acumulen clases sin visualizar y que se produzca un «descuelgue» de la asignatura.
Participantes: Javier Capó
Línea temática: alternativas a las clases presenciales
Fecha de presentación: abril de 2021, en las III Jornadas de Experiencias Docentes
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Los vídeos docentes permiten dividir los contenidos o temas en pequeñas píldoras de conocimiento que faciliten la gestión y localización de los contenidos que se quieren repasar y que ayudan al aprendizaje. También se pueden hacer vídeos con la solución de ejercicios o prácticas.
Una conclusión de mi experiencia es que los alumnos valoran por igual la utilidad formativa de los vídeos con independencia del grado de perfección en la realización de éstos. Lo más importante es que el contenido esté bien estructurado, que se explique de manera clara y que su duración no sea muy larga.
Así pues, mis alumnos valoraban positivamente tanto los vídeos hechos con PowerPoint, con pequeñas explicaciones teóricas, como los vídeos grabados con el móvil que capturaban mi mano escribiendo la solución de ejercicios. Mejor un vídeo «casero» y útil pedagógicamente que ningún vídeo.
Por otra parte, un poco de música y humor en los vídeos los hizo más agradables de visualizar en unos momentos duros como los del confinamiento estricto, que vivimos durante el segundo semestre del curso pasado.